Todos nosotros nos conectamos a Internet al menos una vez al día: para consultar las redes sociales, obtener información, hacer compras o por motivos de trabajo. Todas estas actividades dejan lo que se conoce como huella digital.
El comportamiento en Internet se divide en pasos específicos: introducir una dirección de Internet, hacer clic en un enlace, navegar por secciones interesantes, suscribirse, etc. Todas estas acciones representan un conjunto mínimo de datos que se registran automáticamente.
En función de los sitios que visita una persona -qué secciones mira, qué productos le interesan, sobre qué coche busca información- podemos sacar una conclusión indirecta sobre ella, su nivel de ingresos, su estado civil, etc. Al recoger y analizar los datos, los algoritmos de la máquina crean un retrato aproximado del usuario.
Por ejemplo, la geolocalización ayuda a identificar la zona de trabajo, residencia o estancias frecuentes de una persona. Esta información se utiliza luego en la publicidad para mostrar al usuario un nuevo restaurante o un lavado de coches cercano. Si una persona no está dispuesta a compartir esta información y no quiere recibir anuncios adaptados a sus intereses, es mejor que desactive la función de geolocalización permanente en sus gadgets.
Por razones de seguridad, no es aconsejable conectarse a redes públicas (canales con acceso abierto tras el registro). Si puedes prescindir de ella, es mejor abstenerse. Es posible que alguien esté utilizando esta información y no se sabe exactamente con qué fin. Es posible que tras el registro en redes públicas el usuario reciba llamadas de números desconocidos.
Pero no se puede decir que el uso de los datos de los usuarios tenga siempre consecuencias negativas. El análisis de datos no sólo beneficia a los anunciantes, sino también a los ciudadanos de a pie. Por ejemplo, es la información recogida automáticamente la que permite a un sistema de navegación avisar a los usuarios de atascos, accidentes en las carreteras, etc.
Mucha gente se pregunta cómo protegen los datos de los usuarios las grandes empresas de informática. Al responder a esta pregunta es importante darse cuenta de que un grupo extremadamente limitado de personas puede tener acceso a información «pura» sobre los usuarios y al mismo tiempo firmar documentos sobre su responsabilidad por el uso ilegal de esta información. Un sistema de autorización de seguridad por niveles garantiza la seguridad de los datos, por lo que no hay que dar por sentado que cualquiera en TI puede tomar los datos del usuario sin consecuencias.
Muchas personas se esfuerzan por no dejar ninguna huella digital. Pero hay que darse cuenta de que es imposible hacerse completamente invisible a los algoritmos. Aunque no escriba su nombre real, su ubicación, su edad, seguirá utilizando la web, accediendo a los motores de búsqueda. La información sobre las consultas del usuario es suficiente para dibujar un retrato aproximado del mismo. Además, hay información sobre las direcciones IP desde las que se accede a la misma cuenta de la red social, las comunidades y los grupos asociados a la página.
La gente tiene ahora más oportunidades de proteger los datos sobre sí mismos en Internet y de convertirse en anónimos. Entre ellos se encuentran los navegadores especiales y los motores de búsqueda individuales. Pero no son tan fáciles de usar como parece a primera vista. Y antes de empezar a borrar sus huellas digitales, merece la pena plantearse si está dispuesto a renunciar a la facilidad y la comodidad familiares de usar Internet.