Twitter, ahora rebautizado como X, fue una vez una fuerza dominante en las redes sociales. Sin embargo, bajo la dirección de Elon Musk, la plataforma ha experimentado cambios drásticos que han generado controversia, alejado a los anunciantes y llevado a los usuarios a buscar alternativas. En febrero de 2025, surge una pregunta clave: ¿está X en declive definitivo y qué plataformas podrían tomar su lugar?
La transformación de Twitter en X pretendía convertir la red social en una “aplicación para todo”, con mensajería, vídeo, comercio y más. Sin embargo, este concepto no se ha concretado. Durante 2024, los usuarios activos y la interacción han disminuido notablemente, según informes de Sensor Tower y Similarweb.
Un motivo principal de esta caída ha sido el cambio en las políticas de moderación de contenido. Numerosas voces han alertado sobre el aumento del discurso de odio, la desinformación y la falta de transparencia. Estas prácticas han alejado a comunidades clave y han frenado el crecimiento de nuevos usuarios.
Asimismo, muchas marcas han suspendido o cancelado sus campañas publicitarias en X, preocupadas por la seguridad de su reputación. Aunque se han introducido modelos de suscripción como X Premium, los ingresos por publicidad siguen en caída libre y no han sido reemplazados con éxito.
Para inicios de 2025, la migración de usuarios es evidente. Muchos antiguos usuarios de Twitter han adoptado alternativas como Threads (de Meta), Mastodon, Bluesky y Spill. Cada una ofrece propuestas distintas que buscan llenar el vacío dejado por X.
Threads ha destacado gracias a su integración con Instagram y una experiencia de usuario más estable. Aunque no alcanza aún la escala de X, se ha convertido en el espacio preferido para creadores, periodistas y empresas.
Mastodon y Bluesky atraen a quienes priorizan la descentralización y el código abierto. Aunque siguen siendo opciones más de nicho, representan una tendencia hacia plataformas comunitarias con mayor control y transparencia.
Además del declive en usuarios, X atraviesa un caos interno. Tras despidos masivos y renuncias, muchos puestos clave en ingeniería y seguridad permanecen vacantes. Esto ha provocado errores técnicos, interrupciones del servicio y respuestas lentas ante abusos.
Durante 2024, surgieron reportes sobre impagos de deuda, lo que pone en duda la viabilidad financiera de la empresa. Según Bloomberg y The Verge, la plataforma depende casi por completo del financiamiento personal de Musk y de inversores volátiles.
Al mismo tiempo, ha aumentado la presión regulatoria. La Unión Europea ha emitido advertencias por incumplimientos de la Ley de Servicios Digitales, y la FTC en EE.UU. reabrió investigaciones sobre privacidad de datos y protección al usuario.
La caída de X tiene efectos en todo el entorno tecnológico. Para las marcas y agencias de marketing, representa un cambio en la distribución del presupuesto, que ahora se dirige hacia TikTok, LinkedIn y productos de Meta, más seguros y estables.
Analistas del sector también señalan un nuevo reparto de influencia. Figuras públicas y medios de comunicación ahora reparten su contenido entre Substack, YouTube y podcasts, evitando la dependencia de una sola plataforma.
Para los usuarios, perder lo que una vez fue la plaza pública digital lleva a reflexionar sobre la propiedad del contenido, la privacidad de los datos y la necesidad de modelos más sostenibles y abiertos.
La inestabilidad de X abre las puertas a nuevos actores. Tecnologías descentralizadas como ActivityPub y AT Protocol (utilizadas por Mastodon y Bluesky) ganan protagonismo, ofreciendo interoperabilidad y portabilidad de datos.
También está creciendo el uso de inteligencia artificial para recomendaciones y moderación. Plataformas como TikTok y Reddit perfeccionan sus algoritmos para mejorar la experiencia del usuario sin perder el control sobre los contenidos dañinos.
Al mismo tiempo, surgen plataformas centradas en comunidades, como Geneva y Discord, orientadas a grupos de interés específicos. El futuro parece diversificarse más que centralizarse.
La historia de X en 2025 es una advertencia sobre liderazgo, confianza y gobernanza digital. Ni una figura carismática ni ideas ambiciosas pueden reemplazar la organización y la credibilidad.
Las nuevas plataformas deben priorizar la transparencia y la moderación sólida. La seguridad y autenticidad son claves para atraer y mantener a los usuarios.
Aunque X aún no ha cerrado oficialmente, su influencia ha disminuido drásticamente. Su caída nos recuerda que los espacios digitales requieren cuidado, responsabilidad y visión colectiva.